Esta alma dispuesta perciba lo divino en todo y en todos los que lo rodeaban, y comprendi que el amor de Dios en la creacin era belleza, armona y orden. As como ocurre en la Sagrada Liturgia de la Misa, todo alrededor de Youseph se desarrollaba en una perfecta secuencia todo flua, germinaba y cumpla un ciclo. El amor de Dios era su luz, y ms fuerte que cualquier otra cosa la oscuridad de la noche ceda al alba y la paz de los profundos valles era ms fuerte que cualquier tormenta. Todo le hablaba al alma y le proporcionaba paz a su corazn. Alma mariana desde su niez, fervor siempre creciente, bajo el manto de Mara Chrbel llevaba su pequeo rebao a pastar todos los das al campo, donde aprovechaba para visitar una cueva. l le ordenaba a su ganado mantenerse quieto y se recoga en oracin, como tantas veces haba observado hacerlo a su madre. Entonces, oraba a Dios en lo secreto postrado de rodillas ante una imagen de la Santsima Virgen y en contemplacin. La contemplacin es silencio, este smbol